jueves, 5 de junio de 2008

Artigas y Bogotá. La parrilla Abuelo Paco en pleno barrio de Flores cerró sus puertas para todo aquel que no estuviera en la lista.
La mejor vajilla y los manteles más blancos, los uniformes bien planchados para los mozos y flores, muchas margaritas y claveles.
Bety, la madre de la novia, no se puede quedar quieta; Acomoda las sillas, cuenta las copas, hace y deshace una corbata y hasta ordena los grisines de las canastas de pan. Se abanica con una servilleta y se pinta los labios rojos como su vestido, rojos como sus zapatos, rojos como sus rulos de peluquería. El marido, Mario, el de la corbata que se hace y se deshace descansa, no se mete , por las dudas.
Empiezan a llegar.
Primero la tía Coca, Jorge y Aurelio. Después Sandra, Mónica y un par de ex compañeros de la fábrica de Mario. Dos amigas de la cuadra, alguna que otra compañera del colegio de Natalia (la novia) y como una docena de amigos de la facultad de Claudio (el novio).
Empieza el murmullo: ese vestido lo usó para los quince de la nena; el mal gusto es hereditario; donde habrán metido a Darío, ese chico es impresentable; la novia a que hora llega; que no me sienten al lado de Coca; el rojo no la favorece.
Y cuando el espacio arreglado a modo de hall se atestó de invitados con frío y hambre llega Natalia. Una novia de treinti largos (cuarenta y tantos según dicen las malas lenguas), vestida de amarillo bien clarito porque de blanco no le daba (menos después del episodio vox populi con Raúl, el chico del mercadito). Una novia con guantes, corona y purpurina. Y con ella Claudio, un chico tímido, de traje marrón y zapatos negros.
Saludan en el hall para pasar después a las mesas.
Hora del brindis, pero no, hubo que esperar porque llega Susana.
Susana, Gonzalo y los chicos. Susana, la hermana de Natalia, la del medio, la que se había casado con un millonario.
Perdón no había lugar para estacionar, y bueno la 4x4 negra de vidrios polarizados no se deja en cualquier lado.
Y saludan y hasta que se ubican, una eternidad. Y todos que comentan lo divina de la nenita, Jazmín se llama, y lo alto del nene, Gonzalito como el padre.
Y ahora sí. Mario dice algo, nada memorable y Bety toma la palabra. Y habla y le encanta escucharse y se va por las ramas y Tía Coca, que esta vieja y usa eso como excusa, la calla y todos se ríen y retomar el discurso se vuelve imposible así que traigan la comida.
Llega el primer plato y Jazmín mira con asco como si nunca en la vida hubiese visto una ensalada rusa.
Mónica no come porque tiene mayonesa que engorda y la da la suya a Sandra con la esperanza de cambiar roles y de transformarla a ella en la prima gorda.
En la punta de la mesa las del colegio comentan lo culona que esta Natalia, es que el amarillo clarito no la favorece.
Comen la ensalada y después los ñoquis.
Y empieza la música. Al ritmo de la felicidad de Palito Ortega bailan las chicas y los hombres y las más viejas toman café y miran.
Afuera fuma Darío. Porque no da fumar adentro, porque no saben o se hacen los que no saben. Y además Aurelio, el hijo de Jorge, fue policía.
Se corta la música y llegan los postres. Pero antes, la torta. Tres pisos de biscochuelo de vainilla con mucho gusto a alcohol.
Las tiritas. Las solteras que se empujan y el anillo se lo lleva Sandra, y Mónica que la quiere matar.
Sigue el baile, y los de la facultad levantan al novio y lo tiran por el aire, y las del colegio intentan lo mismo con Natalia pero no sale.
La tía Coca, Jorge y Aurelio se van temprano, mucho antes se fue Susana y su familia.
A eso de las cinco: facturas. Algunos ni vuelta se dan para despedir a los novios, que se van porque en unas horas parten para la costa.
Pero antes el ramo, que le toca a una amiga de Bety, y Mónica piensa que se va a quedar soltera para toda la vida.
Y se van los de la fábrica, y después los amigos y las amigas.
Darío se va a la fiesta de un amigo.
Las primas se quedan hasta al final.
Bety se lleva las sobras.
Y Mario vuelve a su casa feliz porque hay ensalada rusa para rato.

3 comentarios:

celeste dijo...

jjajajajaj es obvio q betty dps de dejar las sobras en su casa, se va a algun bar deprimente con su vestido colorado, d levante, mientras el boludo d mario come ensalada rusa juajauajaja gggguenisimo tot, besooo
lele

Anónimo dijo...

juajuajauaujauuja
juajauaja
jajajja
muy bueno! Realmente me la imagino a Stella Maris en esa fiesta planchando toda la noche y pobre, como ella es buena, halagando toooodo y tooodos los detalles (hasta el zapatito de cristal con brillantina que te dan de souvenir).
Tiene remates y observaciones muy agudas y cómicas. Me encantó.

L dijo...

jajaj las del colegio son tan del colegio...es obvio q no ib a salir lo de tirarla por los aires como hicieron los amigos c claudio,ajajja. muy diver toi!