martes, 25 de septiembre de 2007

j u a n a

Martes, diez de la mañana. Juana debería estar en clase de matemática aprendiendo algo sobre vectores. Sin embargo, lejos de eso, se encuentra sentada en un pasillo largo mirando el techo. Una mancha enorme de humedad parece espiarla desde el cielo raso. A su lado, su mamá Beatriz no logra quedarse quieta. Impaciente mira el reloj, manda un mensaje de texto, mira el reloj, saca algo de la cartera, mira el reloj, revisa sus bolsillos y mira el reloj.
Por el pasillo cientos de padres con niños, talentosos, sonrientes y entre ocho y catorce años (como bien decía el anuncio del diario) esperan su turno. Cada veinte minutos llaman a alguien que debe dirigirse a la puerta del fondo.
Once de la mañana, empieza la prueba de Lengua.
Juana no tiene la menor idea qué es lo que esperan. Sabe que tiene que portarse bien, tener paciencia y hacer exactamente lo que le pidan. El pasillo le parece hasta más aburrido que la escuela. Desperdiciar una falta para mirar el techo no le parece muy inteligente, pero no tiene mucha opción.
Después de unas dos horas de espera, vectores, prueba, recreo largo y unas cuatrocientas miradas al reloj, llaman a Juana. Beatriz la manda hacia la puerta.
Todo es muy rápido. Parate acá, cantá una canción, decí esto, sonreí, sonreí más, foto, otra foto, muchas gracias y adiós.
Juana se retira para encontrarse otra vez con su madre. Beatriz tiene cientos de miles de preguntas para su hija. Necesita saber que todo salió de maravillas. Juana contesta con monosílabos; La realidad es que no tiene ni idea que es lo que pasa.
Setenta y dos horas después suena el teléfono: es la elegida.
Siguiente lunes, ocho de la mañana. Nada de geografía para Juana. Sentada en otro pasillo, casi igual al otro pero diferente, espera.
Un Joven la maquilla, otro la peina. Está lista, casi irreconocible detrás de tanta pintura para ojos.
Nueve de la mañana, actividades prácticas y Juana bajo un reflector de luz verde. Es fácil: tiene que agarrar la cuchara, probar el postre de vainilla, poner cara de qué rico y listo.
Cuarenta y tres tomas más tarde y como una hora de historia, dos de naturales y unas cuantas de computación termina el trabajo.
Meses más tarde el comercial está al aire.
Juana se convierte en estrella y repite de grado.
Su madre está orgullosa.

8 comentarios:

ivana gonzález dijo...

ioiaioiaaaaaaaaa
te debemos un seth
me gusta como arranca tu blog
felicitaciones de nuevo por lo del concurso jaja
besos nenaaaaa, ahora me copio la direc q por cierto, m dio mucha ternura y me paso besos.

luladesanti dijo...

toti q lindo blog, a ver diseñadora si me posteas tus talentos de artista, diseñadora tmb y cosas, te paso mi dir:
www.chicaborda.blogspot.com

Anónimo dijo...

toi, me gusto mucho el blog y el cuento!
te feli, beso grande

Anónimo dijo...

Exelente cuento!! No te preocupes, a tu ahijada no le va a pasar lo mismo....

Anónimo dijo...

tota era hora de q muestres tus dotes... quiero ver más ahora y el cuento muy tuyoo me encanto! te felii machi

Anónimo dijo...

mortal la historia, muy actual, si Andy Warhol viviera...

Anónimo dijo...

Muuuuy bueno!!! Qué placer me da leer esto! Tardé en entrar a tu blog pero finalmente lo hice y lo voy a recorrer y leer "tuito". Así, de 1ª impresión me encanta el diseño y las fotos o foto arte que pusiste están superrrrrrrrrrr. Uauu qué crativa! Estoy orgullosa de vos Toia (y eso que no repetiste). Beso grande, Vale, Ramona y Stella.

flopi dijo...

hola Toia...
yo soy florencia y tengo casi 15 años jaja, vos no me conoces... soy hija de fabian que es amigo de tus papás y a el le mandaron un meil de tus cuentos para que el me lo reenvie amí...
me lo reembió porque yo tambien se escribir y querian que yo lea alguno de tus cuentitos...
estan muy lindos... espero que sigas escribiendo y publicando tus cuentos...
saludos...
flor